La Araucaria
La Araucaria es capaz de crecer hasta 50 metros de altura, posee un tronco grueso y recto, de hasta 2,5 metros de diámetro. La corteza es gruesa, agrietada y en forma de placas hexagonales. Es de crecimiento lento y se han encontrado individuos que superan los 1.000 años.
Se han encontrado maderas fosilizadas que datan del jurásico, es decir, hace 170 millones de años atrás. El Atacamatitán, dinosaurio chileno de hace unos 100 millones de años, se habría alimentado de frutos de araucarias, lo que indica que en ese momento el desierto de Atacama no era un lugar tan árido como lo es ahora.
Las semillas se conocen como "piñones", tienen un alto valor alimenticio y se consumen cocidas o tostadas. Estas constituyen la base de la alimentación del pueblo Pewenche ("gente del pehuén") y también de especies de aves.
En Chile se distribuye en la Cordillera de los Andes desde el sur de la Laguna del Laja, Provincia del Biobío, hasta el norte de la Provincia de Valdivia, entre los 800 y 1.700 metros de altitud. Presenta una distribución costera discontinua en la cordillera de Nahuelbuta, Provincia de Malleco, y en los Altos de Tirúa, sector de Villa Las Araucarias, Provincia de Cautín, donde crece entre los 600 y 1.400 metros de altitud. También está presente en Argentina.
Su tala masiva la llevó a ser considerada una especie en peligro de extinción. Su explotación se prohibió́ al ser declarada Monumento Natural a través del Decreto 43 del Ministerio de Agricultura el año 1990. En 2008, su estado de conservación fue clasificado como Vulnerable. En 2018 se declararon en peligro de extinción las poblaciones de la Cordillera de Nahuelbuta. La comercialización de araucaria está prohibida al estar incluida en el Apéndice I de CITES.
Fuente: García, N. & C. Ormazabal. 2008. Arboles Nativos de Chile. Enersis S.A. Santiago, Chile. 196 p.
Documentales
Profundiza este conocimiento a través de los videos de la colección Memoria de Árboles:
La Araucaria con el pueblo Mapuche y los peligros que la acechan
"Arboleando Chile" resulta de un trabajo colaborativo junto a Santiago Serrano y Michel Toledo, directores de la serie audiovisual "Memoria de Árboles". Además, la iniciativa cuenta con el apoyo de Álvaro Gutiérrez, del grupo de investigación Bosque Ciencia.