Costumbres e imaginarios asociados a la vida del campo han plasmado las bordadoras de Copiulemu en sus tapices, los que han dado origen a un patrimonio identitario local con técnicas y materiales diversos.
Copiulemu está ubicada en la comuna de Florida, a 31 kilómetros al este de Concepción, y su carácter rural ha sido ilustrado con lanas de colores sobre sacos de harina, con los conocimientos adquiridos por las mujeres de la comunidad hace 50 años.
Desde entonces han desarrollado un estilo de bordado creativo, que ha llevado su arte a exposiciones nacionales e internacionales.
Rosmarie Prim: la inspiradora del oficio
Este oficio artesanal nació en la década de los setenta por iniciativa de la alemana Rosmarie Prim, que conoció Copiulemu gracias a su esposo Eduardo Meissner, cuyos padres habían adquirido un campo cercano al pueblo.
Sus incursiones en la localidad la sensibilizaron ante las precarias condiciones de vida de sus habitantes, que dependían de una economía agrícola de subsistencia, que apenas cubría sus necesidades básicas.
Desde mediados del siglo XX los minifundios estaban en retroceso por el incremento de la explotación maderera y el cambio de uso del suelo para parcelas recreativas.
A través de un reportaje realizado en una revista, Prim conoció la experiencia de las bordadoras de Isla Negra, que en 1966 aprendieron a bordar sobre arpillera con lanas de colores, gracias al impulso que les dio la residente temporal Leonor Sobrino.
Rosmarie pensó que podría imitar este modelo para generar una nueva fuente de ingresos para las dueñas de casa de Copiulemu y decidió replicar la iniciativa desarrollada en la V Región.
En 1974, compró lanas de colores, agujas y sacos harineros para que las mujeres elaboraran sus primeros paños y las incentivó a crear diseños propios a partir de su entorno y su vida cotidiana.
Hoy cerca de 40 personas de distintas edades se dedican a este oficio y se reúnen mensualmente en el Centro de Ventas de Artesanía de Copiulemu para mantener incólume su originalidad, administrar la comercialización en lugares como Centro Cultural Palacio de la Moneda en Santiago y centro de ventas de Copiulemu.
En este espacio se enseña también el oficio de bordar, y allí las cultoras de este arte comparten y comentan sus últimas creaciones.
El Museo de Historia Natural de Concepción tiene 6 tapices donados en 1984 por Rosmarie Prim, que forman parte de su Colección de Artesanía.