Investigación arroja luces de la vida y muerte de momia resguardada por el Museo de Historia Natural de Concepción
Después de casi un año y mediante diversas pericias, el Museo de Historia Natural de Concepción, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, ha logrado reconstruir las circunstancias que explicarían la muerte y consecuente momificación natural de un combatiente de la Guerra del Pacífico (1879-1884), y que hoy está bajo el resguardo de esta institución patrimonial.
La investigación, que fue desarrollada por el jefe curatorial del Museo, Eduardo Becker, junto al antropólogo físico, Dr. (c) Eduardo Saldías, hoy entrega más luces gracias a los resultados arrojados por los análisis de peritaje balístico, Carbono 14 y ADN antiguo.
En el caso del peritaje balístico, realizado por el Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Labocar) en Santiago, se ha podido establecer que el proyectil de calibre 11x53 R, encontrado en el cuerpo de la momia, es compatible con la munición de los fusiles Comblain II o Gras (utilizados tanto el Ejército Chileno como en el peruano).
La presencia del proyectil en el cuerpo, la inexistencia de orificio de salida y la ausencia de compromiso óseo en el trayecto interno del proyectil (flanco izquierdo del abdomen) indicarían que se trató de un disparo a larga distancia superior a 300 m.
Según Eduardo Saldías, y producto del ángulo de la entrada del proyectil, se ha podido inferir que el soldado probablemente estaba ubicado en un terreno superior al individuo que le disparó, cuya arma pudo haber estado a 1.40 metros sobre el suelo. El proyectil, en tanto, entró por el flanco izquierdo del abdomen del soldado y se alojó en la vértebra L2, por ende, la víctima también se habría encontrado posiblemente de pie y en posición de disparo.
Por otra parte, los estudios imagenológicos y bioantropológicos centrados en el sistema óseo, permitieron estimar que la edad del soldado al momento de su muerte era entre 33 a 39 años y que su estatura aproximada era de 1,50 metros. A pesar de tener patologías menores y caries en sus dientes, en general, presentaba una buena salud ósea.
Los análisis de Carbono 14 y de ADN antiguo fueron efectuados por la Universidad Autónoma de Barcelona, España, y gracias a sus resultados se pudo confirmar que el soldado efectivamente vivió en la segunda mitad del siglo XIX y sugieren una correlación genética más cercana con la población chilena.
Eduardo Becker destacó la labor que en esta investigación han jugado las entidades colaboradoras, como el Labocar de Carabineros y la Universidad de Barcelona. "Nosotros como institución no contamos con todos los especialistas o implementos técnicos para este nivel de análisis, sin embargo, las redes de trabajo nos han permitido ampliar el espectro y calidad de las investigaciones desarrolladas en el Museo".
Además, Becker señaló que estos resultados, junto con enriquecer nuestra propia historia como país, "demuestran la vocación investigativa que queremos consolidar en el Museo, ya que la labor que realizamos no solo se remite al resguardo y conservación, también tiene que ver con la necesidad de generar nuevo conocimiento en relación a las colecciones y áreas en las que estamos trabajando, que posteriormente, sea compartido con la comunidad".
Lo que está pendiente son los resultados del análisis de isótopos, que podrían aproximar cuál era la dieta que tuvo a lo largo de su vida este soldado, cuestión que podría entregar más información sobre la macro zona de la cual provenía.
Cabe destacar que los resultados alcanzados en esta investigación fueron presentados en el XXI Congreso de la Sociedad Española de Antropología Física, realizado del 24 al 26 de junio pasados, en la Universidad de Granada, España, encuentro al que asisió Eduardo Becker.
La momia llegó como una donación al Museo de Historia Natural de Concepción, aproximadamente, en la década del 20. Según se infirió, a través de una bota que llevaba puesta, se trataría de un soldado chileno muerto en la batalla del Campo de la Alianza (1880), tras lo cual su cuerpo sufrió la consecuente momificación natural producto de las condiciones ambientales.