Luego de su primer taller de bordados en 1974, las mujeres de Copiulemu comenzaron a bordar su realidad con lanas y agujas en sacos harineros, con lo que inicarían una importante tradición que se consolidaría como patrimonio identitario de su localidad.
La muestra presente en el Museo nos habla de esa historia y está compuesta por seis obras más grandes que forman parte de la colección que resguarda la institución, las que están expuestas en el auditorio hasta fines de junio.