En términos generales este tipo de diapositivas corresponden a una imagen positiva en un soporte de vidrio, previamente tratado con una emulsión sensible. A través de un equipo proyector los fotogramas que se obtenían podían ser proyectados y ampliados a voluntad.
Esta tecnología tiene sus antecedentes en las antiguas linternas mágicas, invento atribuido al jesuita alemán Athanasius Kircher (1602-1680).
Desde su invención, la linterna mágica sirvió para entretener a los niños, pero con el correr de los años se vislumbró la posibilidad de usar este invento en conferencias que difundían conocimientos científicos y culturales (Johann Zahn, sobre anatomía en 1685 y Johann Conrad Creiling para todos los fines educativos en 1705). Sin embargo este mecanismo también fue usado con fines menos nobles cayendo en manos de estafadores que "hacían aparecer" espíritus engañando a crédulos y supersticiosos.
El término diapositiva se formaliza a partir del advenimiento de la fotografía, mecanismo que permitió la reproducción de imágenes fotográficas en una placa de vidrio, primeramente en blanco y negro y hacia 1900 a color, gracias a la irrupción de las placas autocromas.
Las diapositivas están constituidas por dos vidrios unidos entre sí por una cinta de papel de color negro, cuyo adhesivo es goma arábiga. La capa de gelatina que contiene la imagen de plata se encuentra sobre uno de los dos vidrios, mientras que el segundo vidrio protege la imagen.
Las diapositivas fueron mejorando y perfeccionándose con el tiempo, cambiando las pesadas y frágiles placas de vidrio por soportes de plástico. Hoy en día, producto de la obsolescencia tecnológica que ha desplazado los recursos análogos usados por la fotografía, las generaciones más jóvenes reconocen este término como las láminas de las actuales presentaciones Power Point, programa que replica el papel esencial que la diapositiva tuvo como medio educador e instructivo desde sus inicios.