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Formación Quiriquina

Paleociclo

Formación Quiriquina

Publicado el 26/04/2021
Excavación revela las vertebras de un plesiosaurio. Cocholgüe 2009.
Excavación revela las vertebras de un plesiosaurio. Cocholgüe 2009.
Te invitamos a conocer más esta formación, cuyas rocas nos revelan la presencia de grandes reptiles de la Era Mesozoica, que nadaban junto a organismos marinos como los amonites, hace aproximadamente 66 millones de años.

Katherine Cisterna

Curadora del Área de Ciencias Naturales

La Formación Quiriquina fue descrita por Biró (1982), geólogo de origen húngaro y profesor de la Universidad de Concepción entre los años 1965 y 1993. Esta formación se extiende por la costa del océano Pacífico entre las localidades de Algarrobo en la región de Valparaíso y la península de Arauco en la Región del Biobío.

Es de edad maastrichtiana, de 72,1 a 66 millones de años, y su localidad tipo corresponde a bahía Las Tablas, emplazada en la isla Quiriquina, en donde aflora además en los sectores de playa Los Viejos (bahía de los Saurios o bahía de Steinmann) y playa Las Chilcas.

La sección de bahía Las Tablas ha sido estudiada en detalle por Hünicken y Covacevich (1975), Biró (1982) y Stinnesbeck (1986). En la bahía de Concepción está representada en playa Cocholgüe (localidad paratipo), Tomé, Punta de Parra y Lirquén. En el área urbana de Concepción aflora en sectores como San Vicente, cerro El Conejo, cerro San Martín, Hualpencillo, puente Perales, cerro Chacabuco, cerro Amarillo y en el sector de Santa Sabina (Salazar et al., 2010).

Sus rocas nos revelan la presencia de grandes reptiles de la Era Mesozoica, que nadaban junto a organismos marinos como amonites, cefalópodos extintos que se diferencian de los más actuales por la presencia de una concha o fragmocono.

Dentro de los grandes vertebrados marinos, destaca la presencia de Aristonectes quiriquinensis, un plesiosaurio aristonectino que podía llegar a medir hasta 9 metros, caracterizados por tener extremidades y cola adaptadas para el nado, cabezas pequeñas y cuellos más cortos, a diferencia de los plesiosaurios del hemisferio norte.

Se ha reportado, además, la presencia de mosasáuridos que al igual que en el caso de los plesiosaurios, sus extremidades estaban modificadas en aletas hidrodinámicas. Tenían grandes mandíbulas con dientes afilados, y si bien su registro es poco informativo en términos taxonómicos, muestra que en el margen oriental del Pacifico existieron al menos dos formas de mosasaurios que habrían sido de gran tamaño como los tylosaurinos y otros de pequeño tamaño como los halizaurinos.

Los registros de tylosaurinos en Cocholgüe son de gran interés puesto que muestra que el grupo estuvo presente hasta poco antes del evento del K/T (extinción del Cretácico-Terciario) en las costas del Pacifico Oriental, a diferencia de los registros de la Antártica y Nueva Zelanda (Huidobro et. al 2015). A los registros de vertebrados se suman los de grandes tortugas marinas reportadas en zonas como playa la Cata en Lirquén y una gran diversidad de condrictios como tiburones y rayas.

Se han encontrado, además, maderas fosilizadas que contienen trazas (evidencias de organismos) de Teredolites, las cuales corresponden a perforaciones dejadas por organismos xilófagos (comedores de madera) lo cual da cuenta, además, de las condiciones marino-costeras de esta formación geológica.

En el Museo de Historia Natural de Concepción, las colectas de fósiles más antiguas se encuentran asociadas a la colección de Carlos Oliver Schneider, científico, naturalista y director del Museo entre 1925 y 1949, quien fue responsable además del incremento sostenido del acervo de la institución a partir del año 1935. Sin embargo, existen reportes de hallazgos más antiguos en donde ya se comenzaba a pensar en la idea de que los terrenos sobre los cuales está edificada la ciudad de Concepción, fueron el fondo de océanos antiguos.