El Jardín Olvidado
"...Recordemos que en el inicio de la fotografía el gran modelo fue la ciudad. Por su parte el mundo rural quedaba atrapado por la pintura, y en el caso de Chile (finales del siglo XX) en una mirada bucólica. No obstante, la propuesta de Aravena se sostiene en ir en búsqueda de eso, en palabras de Johan Berger: "El verdadero contenido de una fotografía es invisible porque no se deriva de una relación con la forma sino con el tiempo". Dejar una evidencia de un tiempo, que por su esencia (paisaje rural), siempre está enfrentado a cambios.
En este sentido, la problemática del paisaje se ha constituido hoy como un eje de tensión en varios lenguajes visuales, inclusive la fotografía. No hay que olvidar que la definición de éste proviene de la geografía decimonónica europea. El geógrafo alemán A. Hommeyerem define el mismo en 1805 como "el conjunto de formas que caracterizan un sector determinado de la superficie terrestre". No obstante, a finales del siglo XX, desde la mirada del patrimonio cultural, se introduce la categoría de cultural landscape (paisaje cultural, WHC-UNESCO, 1992), entendiendo éste como "una diversidad de manifestaciones de la interacción entre el hombre y su ambiente natural".
Las fotografías de Eduardo Aravena apuntan a esto, hombre y ambiente. Nos encontramos, al parecer, citas inconscientes al arte de inicios del siglo XX, objetos trastocados, posibles desechos, que cobran vida al ser situados en otro tiempo y espacio. Retratos de márgenes olvidados de la provincia del Bío Bío. Este "jardín olvidado" nos presenta las marcas del hombre y su progreso. Un blanco y negro no pasa por formalidades, sin que nos insinúe simbolismos trasnochados o de lugares comunes.
Lugares como Quilleco, Tucapel, Antuco y Embalse Angostura de Santa Bárbara; quedan en imágenes no como el cliché de ser testigos de las intervenciones. Al contrario, nos resitúan en un nuevo paisaje. Paisaje rural intervenido, industrial; donde el hombre queda casi como anécdota. Hay al mismo tiempo una mirada a lo vasto y lo próximo, a lo íntimo y lo exteriormente visible.
El trabajo de Aravena Delgado nos hace repensar nuestro territorio, aquel en constante cambio. La relación del campo y el hombre ya nos puede parecer lejana ante la presencia transformadora de la industria forestal, por dar un ejemplo. Cada imagen queda definida según un tiempo retratado y que no se quiere olvidar, aunque se omita, y la mayoría de las veces que se oculta". (Palabras de Javier Ramírez Hinrichsen)
Se exhibe en el auditorio Carlos Oliver Schneider, y estará presente durante todo el mes de febrero.